La sinusitis es una patología muy frecuente en la provincia debido a los cambios del tiempo. Se trata de un cuadro que afecta las cavidades paranasales de la cara. Según la ubicación que tenga, se va a llamar sinusitis maxilar, etmoidal, esfenoidal, frontal, y si abarca todos los senos paranasales, se llama pansinusitis.
Normalmente está ubicada en varios senos y puede ser aguda o crónica. Cuando abarca uno o dos senos de la cara del paciente suelen ser agudas porque estos senos tienen un orificio que se llama ostio por donde se drenan las secreciones. Entonces muchas veces por un catarro o un cuadro alérgico muy intenso, ese ostio se cierra y produce la sinusitis aguda. Sin embargo, son más recurrentes las ubicadas en varios senos y las crónicas, porque van asociadas a cuadros catarrales o alérgicos en repetición.
¿Cuáles son los síntomas de alerta?
Los cuadros de sinusitis habitualmente van acompañados de congestión nasal, moqueo constante, goteo posnasal de la mucosidad en la garganta, tos, dolor de garganta y dolor de cabeza.
Aunque estos son los más comunes, si la infección empeora, surgirán otros síntomas más graves que requerirán de una visita médica, como un fuerte dolor de rostro o fiebre que puede prolongarse durante tres o incluso cuatro días.
¿Qué hacer para aliviar los síntomas?
Una de las principales consecuencias de esta patología es que se produce una presión en las zonas del rostro en las que se encuentran los senos paranasales. Este espacio asciende desde las mejillas por el área de la nariz y el tabique hasta la frente.
Por lo que una forma de aliviar este dolor consiste en recurrir a una compresa tibia. También se recomienda hacer uso de una solución salina nasal o un descongestionante. Pero será el personal sanitario especializado el que aporte las indicaciones necesarias según cada caso y su gravedad.
¿Cómo prevenir la sinusitis?
Los factores de riesgo de la sinusitis más comunes son los resfriados y las alergias estacionales. No obstante, hay otras causas que pueden provocar esta infección, como el tabaquismo y la exposición al humo, ciertos problemas estructurales de estas cavidades o una debilitación del sistema inmunológico.